Gonzalo Pino Infante nace en Santiago de Chile el año 1979. Su infancia la recorre en los 80’s, gloriosos años para la estética pop. Su adolescencia la transita en la década del 90, que marca el fin del Postmodernismo. Durante los primeros años del nuevo milenio se titula de diseñador con mención en gráfica en la Universidad Diego Portales. Ha desarrollado su carrera profesional como director de arte en agencias de publicidad y diseño (BBDO, DDB, Pedro, Juan y Diego, ImaxBranding). Ha ganado premios en festivales de publicidad nacionales e internacionales. Actualmente trabaja como diseñador independiente desarrollando proyectos de identidad visual, branding y diseño editorial.
En forma paralela a su profesión en el diseño, ha desarrollado su interés en la plástica con un trabajo visual cuyas raíces se apoyan precisamente en su labor profesional, dirigiéndose y complementándose con el collage, el ensayo visual y la pintura. Su trabajo ha sido publicado en medios impresos nacionales e internacionales.
INTERVENCIONES I Pintura e intervención en vivo en Artweek´23 para Seguros Sura. Estación Mapocho, 2023.
EXPOSICIONES
“EXPOCOLECT 4”, colectiva. Omorfia Art Gallery, Cádiz-España. 2023.
www.omorfia.es/
Serie “Modern Life”.
Estas obras en exposición, son parte de una serie de trabajos gráficos que reflexionan sobre la vida actual en Chile. Es una reflexión y crítica directa a los que nos hablan de lograr un desarrollo de manera acéfala, de ser una pieza humana seriada, de generar recursos para unos perjudicando a otros, etc… El uso de los textos en inglés, tiene que ver con una cultura occidental principalmente norteamericana influyente y voraz que bajo una mentira llamada desarrollo, destruye la frágil identidad local para hacer creer que somos parte de algo global.
DESDE LA CAJA, Gonzalo Pino I Agosto 2022 I Galería Artium.
Lugar: Edificio Alonso.
El talento artístico es un don ineludible que se expresa más temprano que tarde. No se puede escapar a esa pulsión inconsciente que llama a la puerta en ocasiones reiteradas, hasta que se la deja entrar y se le invita a incorporarse a la cotidianeidad y la vida de quienes recorrerán el camino del arte. Hay artistas cuyo talento es innato y otros que forman su carácter con gran disciplina, ambas necesarias por cierto, para un buen resultado en el área creativa.
En el caso del artista Gonzalo Pino el acercamiento a su vocación plástica se genera en su etapa adulta, desprendido desde su mundo profesional y laboral. Pino ha trabajado como Director de Arte en agencias publicitarias y de diseño, donde ha podido explayarse en la comunicación visual, ligada a una estética que le es propia.
Hoy podemos observar una colección de obras suyas, trabajos que el artista realizó en la primera etapa de la pandemia en la que aún seguimos inmersos. Estas obras, concebidas desde el encierro, son una propuesta que nace del diseño gráfico hacia el ensayo visual, sumando agregados desde el collage y utilizando la pintura como soporte principal.
En esta situación especial de encierro el artista procesó la creación de estas telas desde el interior, desde el espacio propio que habita, “desde su caja” (su departamento) y el trabajo plástico se convirtió en una herramienta de sanidad mental, un escape a la realidad dramática de incertidumbre y caos global. La necesidad imperiosa de plasmar el proceso que vivía en sus trabajos fue ineludible.
El trabajo realizado en “Desde la caja” se convirtió en obras plasmadas con materiales simples disponibles a mano, como cartón, diferentes tipos de papeles, pintura acrílica y spray, junto a materiales y técnicas mixtas. Materiales que se encontraban en su departamento lo que significó adentrarse en un trabajo experimental de prueba y error, al no tener conocimiento preciso del comportamiento de estos componentes poco nobles.
Las temáticas tratadas en esta serie de trabajos son variadas y siguen un desarrollo retroalimentado. Transitan desde la calle y el complejo mundo de personajes que en ella habitan, lo cotidiano, la repetición de los hábitos diarios, la banalidad de la publicidad, la gran invasión de información que tenemos hoy y la necesidad de limpiar ese mundo de imágenes que recibimos; entre otras y ligadas a un concepto de consumismo frente al cual el artista es crítico. La música y el pop no se ausentan de sus áreas de interés. Aparecen en forma recurrente alusiones a ellas en sus composiciones.
Su trabajo pictórico nace como un proceso espontáneo y libre en el que explora, recopila y recicla materiales. El artista los revaloriza otorgándoles un fin cromático y formal, una función compositiva estética. Sus obras puedes leerse entonces desde diferentes enfoques, otorgando significados expuestos, como también pudiendo el espectador realizar sus propias y subjetivas interpretaciones, siempre acompañadas de una lectura visual con indicaciones desde la gráfica y el diseño.
Hay un guiño hacia Rauschenberg en la reutilización y nueva función de los materiales de desecho, un homenaje a Basquiat en la potencia de su gestualidad gráfica, recuerdos que aluden al Pop Art, mezclados con la aplicación del spray con marca de grafiti de Street Art, quizá reseña de Bansky y la globalización del nuevo milenio, reinterpretadas desde su visión pandémica contemporánea.
El color y los elementos gráficos, la señalética, el texto incorporado a la imagen, la representación común no escapan de su pincel, ni de sus tijeras y adhesivos, siempre unidos bajo una abstracción neoexpresionista que congrega las partes, mostrándonos un trabajo renovado, peculiarmente talentoso que podemos admirar y disfrutar en esta exhibición.
Luz Barros, junio 2022
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